Lorenzo de Agrelo, un homenaje a la amistad
¿Cuántos vinos de celebridades fueron estrellas fugaces en el firmamento del vino? Lorenzo de Agrelo logró trascender más allá de su origen como “vino de famoso” y hoy es uno de los proyectos más interesantes y promisorios de Alto Agrelo.
Ya sea por capricho, ostentación, moda, diversión, negocio o por auténtica pasión, muchas celebridades han coqueteado con la idea de tener un vino propio. Figuras del deporte, el cine, la televisión, la música y la moda sintieron la atracción que genera el vino y se involucraron, en mayor o menor medida, con algún proyecto vínico.
Ejemplos hay muchos. A nivel mundial, es conocida la historia de Angelina Jolie y Brad Pitt, que compraron una bodega en Francia que hoy forma parte de la disputa por el divorcio. También Francis Ford Coppola, propietario de una prestigiosa bodega californiana, y Sting con un proyecto similar en la Toscana.
En el ámbito local, Messi, Gallardo, L-Gante, Jorge Rial, Flor de la V, Arjona y hasta Diego Maradona entre otros le pusieron su firma a algún vino. Otros como Juanchi Baleirón, Pedro Aznar y Felipe Staiti tienen desde hace varios años sus porfolios de etiquetas elaboradas por el talentoso Marcelo Pelleriti. En ese camino pero con menos tiempo de rodaje vienen Ciro y el flaco Schiavi. Párrafo aparte para Vinos de Potrero, el proyecto de Nicolás Burdisso y su mujer Belén Soler Valle, que además de contar con un interesante porfolio elaborado por Bernardo Bossi, cuentan con viñedos en Gualtallary y exportan a varios países.
Algunos sólo quisieron darse el gusto de estamparle su nombre a una etiqueta en una edición especial para sus seguidores y amigos. Otros participan de alguna etapa del proceso, ya sea degustando muestras o eligiendo aquella barrica que más los atrajo. Pero son muy pocos los que se involucraron de lleno en el proyecto, compraron viñedos, contrataron equipos y hoy son verdaderos empresarios del vino. Lorenzo de Agrelo se encuadra dentro de estos últimos.
Lorenzo de Agrelo, vinos con identidad
En 2010, Marcelo Tinelli y su amigo Hernán De Laurente (creador de DeAutos.com) decidieron plasmar su amor por Mendoza y su pasión por el vino en un proyecto en común. Fue así que compraron una tierra inculta rodeada de flora silvestre y recostada sobre la ladera de la Precordillera en la parte más alta de Agrelo, con la idea de plantar vides para hacer sus vinos y, por qué no, algún día tener su propia bodega.
Con el asesoramiento de Alejandro Sejanovich y Matías Prieto plantaron Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot y bautizaron a su proyecto Lorenzo de Agrelo en homenaje al mártir San Lorenzo, patrono de los viticultores.
En 2014 presentaron FEDE, su primer vino bautizado así en honor a Federico Ribero, amigo de ambos fallecido un año antes. En 2017 aquel sueño del vino para amigos se transformó en un proyecto de mayor envergadura incorporando nuevas líneas: Mártir y Lorenzo.
Los vinos se elaboran en Mil Suelos, la bodega de Alejandro Sejanovich y Jeff Mausbach y el responsable de la parte agronómica y enológica es Matías Prieto.
“Para nosotros, Lorenzo de Agrelo tiene un valor emotivo muy importante, que es la amistad. La base del proyecto es FEDE y todo lo que representa para nosotros, ya que nació como un homenaje a un amigo muy querido por ambos que ya no está físicamente. Fede es amistad, es compartir con amigos esos momentos únicos que quedan grabados en el alma para siempre. Eso es lo que buscamos reflejar en nuestros vinos.”
– Hernán De Laurente, co-owner de Lorenzo de Agrelo.
La finca de Lorenzo de Agrelo tiene 60 hectáreas en forma de domo con una pronunciada pendiente de oeste a este y altitudes que van de los 1050 a los 1250 msnm. El suelo es de origen aluvial, rocoso y arenoso, surcado por pequeños ríos secos. El clima es de montaña, con 300 días de sol al año, fresco pero sin heladas y brisas constantes que contribuyen a la sanidad de las plantas. Estas características de suelo y clima son bien diferentes al resto de Agrelo y es por eso que sus vinos tienen un carácter y una identidad propia.
“Agrelo se destaca por la elegancia, con vinos redondos y complejos, y Valle de Uco por la exuberancia, con vinos potentes y concentrados. En este viñedo encontramos el eslabón perdido entre los dos, logrando vinos elegantes y a la vez potentes. Eso es lo que distingue a nuestro viñedo.”
– Matías Prieto, agrónomo y winemaker de Lorenzo de Agrelo.
Actualmente, Lorenzo de Agrelo cuenta con cuatro líneas bien diferenciadas (FEDE, Lorenzo, Mártir y LO), una producción de cien mil botellas anuales y exportaciones a Estados Unidos, Canadá, España, Francia, China, Taiwan, Corea, Paraguay, Uruguay y Perú.
Los invito a recorrer Lorenzo de Agrelo a través de sus vinos:
LO, la novedad
De reciente lanzamiento al mercado, LO es la línea más descontracturada y disruptiva de Lorenzo de Agrelo. Son vinos jóvenes, frescos y expresivos que reflejan el potencial del viñedo a partir de cosechas tempranas y elaboraciones de baja intervención para lograr la máxima expresión de la fruta.
Nuestro recorrido comienza con LO Chardonnay, el único que no se elabora con uvas propias de Alto Agrelo. Su origen es un viñedo de suelos arenosos ubicado en Los Árboles, en el límite entre Tunuyán y Tupungato, a 1100 msnm. La fermentación se realiza en piletas y huevos de concreto y tiene un interesante trabajo de entre cuatro y seis meses de crianza con borras finas en los mismos huevos de concreto, que le aporta cierta cremosidad y volumen. El resultado es un blanco fresco, de rica acidez y buen peso en boca en el que predominan las notas alimonadas. Mollejero mil por ciento.
Luego encontramos tres tintos: un Malbec, un Cabernet Sauvignon y un blend, todos elaborados con uvas de la parte baja y arenosa del viñedo propio de Alto Agrelo y trabajados con maceraciones suaves y una crianza entre 8 y 10 meses en barricas de varios usos.
LO Malbec es distinto a todo lo que se podría esperar de un malbec de Agrelo. Si bien la fruta está presente, predominan las notas especiadas y herbáceas, principalmente pimienta y tomillo. La primera impresión te lleva a pensar en el uso de escobajo en su elaboración, pero según comenta Matías Prieto, en esta línea es muy bajo el porcentaje de racimos enteros.
LO Cabernet Sauvignon es un vino redondo, equilibrado y elegante en el que las notas piracínicas propias de la cepa están atenuadas y conviven de manera armoniosa con la fruta negra y las especias.
El último vino de la línea es el LO Red Blend, un corte cofermentado de partes iguales de Malbec y Cabernet Franc, en el que el Cabernet Franc aporta las notas mentoladas y el Malbec su amabilidad en boca.
Mártir, la estructura
Mártir fue la línea de entrada de gama de la bodega hasta la llegada de LO y en ella encontramos vinos con una mayor estructura y complejidad, pero a la vez, con la misma fluidez y amabilidad. Aquí también encontramos un Chardonnay del mismo viñedo de Los Árboles pero de una parte más pedregosa. La elaboración es similar al de la línea LO, pero con mayor tiempo de crianza sobre lías, entre 8 y 12 meses dependiendo de la cosecha. El resultado es un vino más complejo, con notas florales, untuoso y vertical.
La línea se completa con un Malbec y un Cabernet Franc, ambos de los cuarteles del centro de la finca de Alto Agrelo, con un suelo predominantemente arenoso con algo de piedra, que tuvieron una crianza de 12 meses en barricas de roble francés, mayoritariamente de segundo y tercer uso. El primero es un vino intenso, amable y de buen cuerpo; el segundo se destaca por sus aromas sutiles, taninos firmes, textura fina y acidez refrescante.
Lorenzo, lo distinto
Lorenzo es la línea de alta gama de la bodega. Son vinos de parcela, elegantes y complejos, de taninos presentes y largo final, elaborados a partir de microvinificaciones con distintos momentos de cosecha y un uso inteligente de las barricas mayormente de 500 litros de primer y segundo uso utilizadas para una crianza de 14 meses, buscando una mayor estructura y complejidad.
Las uvas provienen de la parte más alta del viñedo, más precisamente de una loma que le imprime una característica diferente por el tipo de suelo y la exposición solar. De allí se obtienen tres malbec:
El primero es Lo Bendito, que surge de la ladera orientada hacia el norte, la más cálida debido a que tiene más horas de exposición solar. De los tres, es el más amplio, amable y voluptuoso.
Lo Divino proviene del punto más alto de la loma, donde el suelo es más pedregoso que el resto. Podría decirse que es el más “lujanero” de todos los malbec de la bodega. Jugoso, de taninos amables, redondo y equilibrado.
Finalmente, Lo Sagrado es elaborado con uvas de los cuarteles situados en la ladera sur que tiene una menor exposición solar, y por ende, es más fría. Es un vino menos expresivo que los otros dos y a la vez más firme, con una fruta intensa, notas salinas, textura fina, acidez refrescante y un final herbáceo aportado por el uso de escobajo.
La línea se completa con un delicioso Cabernet Franc que se obtiene también de la ladera sur (Lo Sagrado). Complejo, multicapas, se destacan sus notas especiadas como laurel y menta y su boca elegante y fresca. La cosecha 2019 de este vino obtuvo 96 puntos y fue distinguida como el Mejor Cabernet Franc de Argentina, según el crítico Patricio Tapia en la Guía Descorchados 2022.
FEDE, el ícono
FEDE es el vino ícono de Lorenzo de Agrelo. Es una selección de malbec proveniente de una parcela de baja productividad situada sobre el lecho de un río seco en la parte más alta del viñedo, a 1250 msnm, con suelo de piedras angulosas y presencia de calcáreo. Al igual que los Lorenzo, FEDE fue elaborado a partir de microfermentaciones en bines y huevos de concreto con una crianza de 16 a 18 meses en barricas de roble francés de diversos usos.
Es un vino sumamente interesante, equilibrado y complejo, con la barrica muy bien integrada y múltiples capas aromáticas que van surgiendo a medida que transcurre el tiempo en la copa. En boca es aterciopelado, con buen carácter y estructura, taninos elegantes y final eterno. Una verdadera bomba con gran potencial de guarda posicionado entre los grandes malbec de Argentina y distinguido también por Patricio Tapia como el Mejor Vino de Agrelo.
Resumiendo, más allá de FEDE que es un vino de clase mundial, quiero mencionar a ambos Cabernet Franc, excelentes propuestas cada uno en su gama, muy particulares por esa combinación de tipicidad y sutil elegancia que me sorprendieron. Pero lo que más me llamó la atención fue la singularidad de los Malbec, muy diferente a lo que conocemos de Luján de Cuyo y, particularmente, de Agrelo. Aquí es donde la bodega tiene la oportunidad de mostrar algo distinto a todo y bien propio del lugar.
Lorenzo de Agrelo logró superar la barrera del “vino de famoso para sus amigos” para transformarse en un proyecto sólido, consistente y con proyección de futuro, con vinos de lugar, elegantes y complejos pero a la vez frescos, fluidos y muy bebibles.
FUENTE: Acercate Al Vino
https://acercatealvino.com.ar/